Hannah Montana ha muerto. Esa parece ser la conclusión de un show en el que Miley Cyrus hizo todo por desprenderse de su imagen angelical. Un look provocativo, un repertorio de canciones que incluyó muchos sonidos punk, y unas letras que nunca dejaron de ser comprensivas con las problemáticas de las fans, fueron las claves para el cambio.
Miley Cyrus fue toda sensualidad desde que apareció. Con un minishort ajustado al cuerpo y una suerte de portaligas que enlazaba con botas, la ídola teen cautivó al estadio de River Plate. Un corpiño negro con brillos plateados, cubierto por un saco colorado, completaba el atuendo.
Frente a un público que esperaba ansioso su salida, la cantante hizo su aparición a las ocho y media, luego de una Valeria Gastaldi y un Agustín Almeyda que habían dejado a las chicas en el punto justo de éxtasis. Después de eso, todo eran gritos. Una simple norma de seguridad proyectada en la pantalla servía para enloquecer al público, que iba de los 5 a los 17 años.
Frente a un público que esperaba ansioso su salida, la cantante hizo su aparición a las ocho y media, luego de una Valeria Gastaldi y un Agustín Almeyda que habían dejado a las chicas en el punto justo de éxtasis. Después de eso, todo eran gritos. Una simple norma de seguridad proyectada en la pantalla servía para enloquecer al público, que iba de los 5 a los 17 años.
Liberty Walk fue el primer tema. Corazones de cartulina con frases para Miley copaban la platea, pero ese espíritu amoroso no fue el que predominó en el escenario. Con una banda que puso toda la actitud rockera que pudo, la noche siguió con Party in the USA. Enseguida llegó el momento de los covers. La cantante eligió I Love Rock & Roll, también interpretado por Britney Spears, para abrir la seguidilla. Un ballet ofició de acompañante con abanicos, y Miley respondió con movimientos de cabeza al ritmo. Cherry Bomb, el clásico punk de The Runaways, y Bad Reputation, de Joan Jett, adoptada también por Avril Lavigne, continuaron con la lista y concluyeron uno de los segmentos más rockers del show.
Lo que siguió fue un tramo de temas melódicos, como Every Road Has It´s Thorn, de Poison, pero enseguida se volvió a los sonidos más rudos con 7 Things I Hate About You.
A pesar de los cambios, por momentos la chica que interpretó a Hannah Montana para Disney no quedó tan lejos. Después de contar que era la primera vez que estaba en la Argentina, Miley les dijo a las fans que “uno puede hacer cualquier cosa que quieran su corazón y su mente”. Ese estado de ánimo optimista contrastó con lo más fuerte del show, un cover de Smell Like Teen Spirit, de Nirvana, en el que Miley tuvo que sacar fuerzas extra para no quedarse atrás. Con una voz extraña, diferente a la que usó para el resto de las canciones, sobreactuó para intentar imitar a Kurt Cobain. Las sacudidas de cabeza en diversos sentidos no alcanzaron para llenar el tema.
Can´t Be Tamed fue la siguiente canción, que terminó con la diva teen golpeando rítmica y fuertemente un tambor con un bastón, con un estilo guerrero. “Thank you guys so much”, dijo para ya ir cerrando el show, y una bandera argentina apareció en la pantalla detrás del escenario. “Veo la imagen más hermosa que pude haber visto en cualquier show”, dijo, antes de cantar My Heart Beats For Love. Después, con el puño en alto, Miley despidió a sus fans.
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