La cantante estadounidense deleitó a sus jóvenes seguidores en Caracas y demostró que ya no es la misma niña de antes
¿Hannah Montana? Ese personaje rubio e inocente quedó en el pasado. Quien le daba vida en la famosa serie de televisión de Disney creció y se convirtió en una mujer de sensual imagen y potente voz.
Cumpliendo finalmente el sueño de muchos, Miley Cyrus descargó su música la noche del 17 de mayo en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, en la capital venezolana, como parte de su gira “Gypsy Heart” que ha pasado por varios países del cono sur.
De manera muy puntual, a las 8:50 p.m., la gran tarima con brazos laterales dispuesta para el concierto se oscureció entre fervientes gritos de un público concentrado -en su mayoría- en las costosas áreas preferenciales. Un fuerte sonido de sirenas de emergencia y helicópteros retumbó en el Valle de Sartenejas y acompañó el movimiento circular de luces blancas. En cuestión de segundos apareció la ídolo juvenil en el centro del escenario luciendo una chaqueta roja, medias largas que dejaban al descubierto sus piernas y botas de cuero. Su cuerpo de baile la acompañó a mover su abundante cabellera para iniciar el espectáculo con el tema “Liberty Walk”. De esta manera, Miley Cyrus arrancaba su concierto en Venezuela.
Tan solo con su primera salida ya era evidente que la estadounidense de 18 años de edad había dejado el nido para volar por sus propios medios, y hacer lo que le gusta como lo desea. Un gran despliegue de iluminación que rodeaba toda la tarima acompañó a la artista a cantar la famosa “Party in the U.S.A”, para la cual se despojó de su chaqueta y lució un pequeño top con incrustaciones de brillantes que dejaba apreciar su tonificado abdomen. Sexy y atrevida se mostraba Cyrus en tarima. Los padres de los asistentes tal vez se sorprendían, los fanáticos, por el contrario, sabían lo que veían.
Luego de interpretar el tercer tema de la jornada, “Kicking and Screaming”, la estrella brindó sus primeras palabras: “¿Cómo están Venezuela? Gracias por tenerme aquí esta noche. Son los mejores. Quiero escucharlos cantar y bailar. Esta siguiente canción se llama ‘Robot’”, dijo para continuar el show y alegrar a quienes, hasta con uniforme escolar, fueron a verla en vivo.
La descarga rockera continuó con los covers mezclados de famosas canciones de Joan Jett como “I Love Rock n’ Roll” (conocido en la generación joven presente en la voz de Britney Spears), “Cherry Bomb” y “Bad Reputation”. Mientras se paseaba de un lado a otro del escenario y por los brazos laterales para acercarse más a su público, Miley caminaba con actitud y la plena seguridad de estar haciéndolo bien. Peluches, pancartas o banderas de Venezuela que le fueron lanzadas, no recibieron la atención esperada de la artista dedicada exclusivamente a poner de manifiesto su excelencia vocal.
Las guitarras eléctricas se tomaron un descanso para dar paso al cover de “Poison” del tema “Every Rose Has It Thorn”, introducido con imágenes de velas tanto en la gran pantalla central como en las pequeñas laterales. Miley presentaba otro cambio en su vestuario manteniendo el color negro en una falda larga y en una blusa transparente en su pecho.
Continuó con “Obsessed” y antes de interpretar “Forgiveness and love” habló de nuevo en un inglés que probablemente muchos de los presentes no entendieron. “Gracias por estar aquí, son los mejores fanáticos del mundo. Mi propósito es brindar amor, necesitamos saber que eso es lo hace que el mundo gire”, expresó.
Cuando llegó el turno de “Fly on the wall” el rock se hizo de nuevo presente. El público explotó en algarabía con la muy coreada “7 Things” y siguió cantando con “Scars”, pero los gritos dejaron de escucharse una vez más cuando fue interpretado el cover de Nirvana “Smells Like Teen Spirit” por la brecha generacional. “Espero que temas como este les de fuerzas e inspire a hacer lo que quieren. Todos somos humanos, tenemos sueños y tenemos el poder para hacerlos realidad”, dijo Cyrus antes de la canción de la reconocida agrupación.
Luego de oscurecerse el escenario y proyectarse en la pantalla central parte del video que la muestra metida en una jaula, llegó el turno de escuchar la famosa “Can’t Be Tamed”. Continuaban las botas de cuero altas, esta vez acompañadas por un top con un corazón plateado en el pecho, una boa de plumas alrededor de su cuello y un bastón con el que sensualmente bailó haciendo movimientos que resultaron eróticos. Luego de los aplausos por la puesta en escena, Miley tocó varias veces un gran tambor que en el centro tenía un corazón, tal vez simulando los latidos del órgano con sabor gitano que hace referencia al nombre de su tour.
En el siguiente grupo de canciones la energía descendió un poco con temas más tranquilos como “Landslide”, “Take me Along” y “The Driveway” en la que los fanáticos alzaron sus celulares entre la oscuridad. No fue hasta que llegó la balada “The Climb” que los asistentes se reactivaron, gritaron, lloraron y alzaron globos blancos para acompañar la pieza.
Al finalizar el inspirador tema parte de la banda sonora de “Hannah Montana: La Película”, Miley Cyrus se despidió de Venezuela por unos minutos para regresar con “See you again”, “My Heart Beats for Love” y cerrar definitivamente con “Who Owns my Heart”.
Veinte canciones repartidas en poco más de una hora y media de presentación cumplieron uno de los grandes deseos de muchos jovencitos. Detrás del escenario Miley es una chica que se prepara para la adultez y piensa en lo que una persona normal de su edad podría pensar. Sobre la tarima, la ex chica de Disney es una diva de innegable talento musical y vocal que entretiene con un show sensual, rockero y de calidad.
Cerca de las 11:00 a.m. del día siguiente a su presentación, la intérprete escribió en su cuenta oficial en la red social
Twitter: “¡Gracias por traerme a Caracas! ¡Tuve un excelente momento! Desearía no irme tan rápido pero no puedo esperar por ir a Colombia!!!!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario